sábado, 5 de julio de 2014

Educar contra el racismo: Nuestro papel como padres



Vivimos en un mundo cada vez más diverso. En nuestra infancia no podíamos imaginarnos un aula compuesta por alumnos de diferentes razas y culturas. Sin embargo en la actualidad eso es lo normal. Nuestros hijos comparten la clase con niños de orígenes, culturas y religiones muy diversas.


Sin embargo el hecho de una convivencia física de los niños en la misma aula no es garantía de integración de los diferentes grupos humanos que allí coexisten.

En general, en el ser humano, existe una tendencia a sentir temor por lo nuevo y diferente. Se trata de una reacción instintiva, que no se produce de la misma forma en todas las personas y que en la mayoría de los casos es una protección ante el descocimientos. Así, la primera forma de evitar las actitudes racistas es mostrar a los niños la diversidad y la diferencia como algo  normal y enriquecedor.

El discurso moral que podamos transmitir a nuestros hijos es importante, pero también lo será el discurso intelectual. El explicar por qué todos los seres humanos son iguales y tienen los mismos derechos. El razonar que todo el mundo merece respeto y tolerancia, que tiene derecho a las mismas oportunidades.

Nuestro papel como padres

Como padres podemos actuar en diversos aspectos para que hijos entiendan la diversidad como algo normal en el mundo en que vivimos y evitar así comentarios o actitudes racistas frente a personas de otras creencias, culturas o países. Si conseguimos que los siguientes factores estén presentes de una manera u otra en la educación de nuestros hijos los estaremos vacunando en gran medida para las creencias y comportamientos racistas.

- Fomentar la amistad con personas de otros países. Esta sería la estrategia más natural para sumergirnos en la diversidad y aceptarla con normalidad. Esto es aplicable tanto para el niño como para los padres. Que los niños nos vean conversando con normalidad y cercanía con personas de otras culturas favorecerá su similar comportamiento con sus compañeros de otras culturas. Y por su puesto si estas conversaciones dan pie a relaciones de amistad y convivencia el impacto educacional en nuestros hijos mayor será.

- Enseñar la música, los cuentos, la gastronomía y las tradiciones de otros lugares. De este modo los pequeños verán lo diferente como algo lúdico y divertido. Desde leer cuentos de otros países a enseñarles la gastronomía de otros lugares pueden ser buenas estrategias educativas y divertidas tanto para evitar actitudes racistas como para ampliar su visión del mundo más allá de las cuatro paredes culturas en las que estamos sumergidos.
http://www.educapeques.com/cuentos-infantiles-cortos/cuentos-del-mundo 

- Habla con tus hijos sobre el racismo. La comunicación que emplees con tu hijo para este asunto o para otros será fundamental en el elenco moral y motivacional que tendrá tu hijo en el futuro. Es fundamental no emplear palabras despectivas para referirse a personas de otras culturas o razas y también es importante no menospreciar sus tradiciones o maneras de ser. En todo caso las valoraciones que hagamos deben hacerse desde la racionalidad y no desde la supremacía moral que creamos tener. Es razonable hablar con nuestros hijos sobre el injusto papel que deja el mundo árabe en muchos momentos a las mujeres. Se puede razonar y se puede reflexionar sobre ello, pero sin transmitir que nuestro sistema moral-cultural occidental es el mejor o el único donde merece la pena vivir.

Es importante  remarcar que en muchos casos los chicos encontrarán en clase hijos de inmigrantes, que han llegado por varios motivos, algunos de ellos por necesidad. Comprender eso puede hacer que los compañeros les ayuden en su proceso de integración, especialmente en el caso de los adolescentes.


Según un estudio impulsado por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, aún se registran muchas actitudes de discriminación en las aulas, por parte de algunos jóvenes que emplean los insultos racistas para ofender a compañeros suyos venidos de fuera.

Sin embargo, el mismo estudio también concluye que estas mismas actitudes cada vez provocan más rechazo entre los adolescentes que no las adoptan. Además, en las conclusiones, se observó que la influencia de la familia es determinante en la actitud de los alumnos.


*Artículo basado en: Claves para una educación contra el racismo


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